Aunque en la pescadería compres el bacalao limpio y desalado, es mejor que, por si acaso, lo pongas a remojo unas dos o tres veces por unas dos horas cada vez, para asegurarte de que así si que ha soltado toda la sal.
Pon todo el aceite a calentarse en una cacerola bien grande, con el fuego a media potencia.
Pela los dientes de ajo y los echas a la cacerola para que se cuezan, estando enteros, durante unos 10 minutos más o menos.
Limpia las guindillas de pepitas y las echas a la cacerola tras haber retirado los dientes de ajo. Cuece por unos 10 minutos más o menos, para que le den un sabor picante.
Pasado ese tiempo, saca las guindillas y echa los lomos de bacalao para que se hagan por unos 10 minutos. Sabrás que están listos para retirarlos del fuego cuando hagas presión con un dedo y se rompa con facilidad.
En otro fuego pon otra cacerola con bastante agua y los berberechos y cuece hasta que los berberechos se habrán.
Pela la cebolla, la lavas bien bajo el agua del grifo y la picas un poco para sofreírla en una sartén con un poco de aceite. Cuando esté dorada, le esparces el perejil y remueve para hacer una mezcla que pasas a un recipiente.
Para hacer el pilpil deja que le aceite que hay en la cacerola se temple y luego lo cuelas. En el fondo quedará una especie de gelatina.
Agrega un poco de agua y una cucharada sopera del aceite que has retirado y comienza a remover hasta mezclar muy bien, haciendo una salsa.
Vierte esta salsa por encima del bacalao y los berberechos y luego esparce la salsita de perejil que has hecho.