Nuestra recomendación es que la noche anterior dejes las almejas en agua fría para que suelten toda la tierra. Por la mañana cuando te levantes les cambias el agua por otra nueva y las dejas ahí dentro hasta que las vayas a usar.
Pela la cebolla, si te gusta mucho su sabor puedes usar una cebolla entera en lugar de usar una media, y la picas muy bien, así como también vas a picar los dientes de ajo tras haberlos pelado.
Ambos ingredientes los sofríes un poco en una sartén con el aceite de oliva hasta que se doren.
Cuando la cebolla coja un tono transparente agrega el pimentón dulce y la harina, remueve para hacer una especie de salsa un poco más espesa.
Agrega las almejas, tras haberlas secado, y lo bañas todo con el vino blanco. Tapa la sartén y que las almejas se vayan abriendo.
Mientras ve limpiando bien el perejil y lo picas para que cuando las almejas estén abiertas esparcirlo por encima.