Lo primero es el zumo de naranja. Podéis prepararlo vosotros mismos o comprarlo ya preparado, pero al hacerlo al natural le dará un sabor mucho más rico a la sangría.
En una jarra grande vamos a echar primero un puñado de hielo y luego añadimos 1 litro de vino tinto y 1 litro de zumo de naranja. Lo removemos todo bien para que se vayan mezclando el sabor.
Antes de echar el azúcar, lo disolveremos en un poco de agua caliente. Usaremos ½ kg. de azúcar, lo que le dará un sabor muy dulzón a esta sangría. Una vez disuelto lo echamos en la sangría y de nuevo removemos todo bien.
Nos toca ocuparnos de la fruta; pelamos la manzana, el melocotón y el plátano y lo troceamos en cuadraditos o en gajos. La manzana sí que intentad que esté en forma de cuadraditos. Las fresas solo las partiremos por la mitad y las echaremos a la jarra. De nuevo removemos todo bien para que las frutas vayan dejando su sabor en el líquido.
El último paso es añadir unos cuantos cubitos de hielo más y dejar reposar la mezcla durante 2 o 3 horas en la nevera.