La pechuga, o los muslos, la podemos trocear nosotros mismos de un pollo o pedirle a un carnicero que nos la prepare y así la tengamos lista.
Cogemos una bandeja que sirva para cocinar en horno y ponemos el pollo. Exprimimos los limones para obtener un jugo de limón que echaremos por encima de los muslos de pollo. Luego echamos un poquito de aceite, sal y las distintas especias (orégano, tomillo y romero). Vamos encendiendo el horno para que se vaya preparando a 200º C.
En una sartén calentamos un poco de aceite, mientras vamos cortando en rodajas los dientes de ajo y los pimientos. Entonces freímos primero los trozos de ajo para que el aceite vaya cogiendo sabor. Ya dorados, echamos los pimientos y los freímos por unos 10 minutos más o menos. Una vez listos dejamos reposar.
Cuando el horno esté listo, meteremos el pollo y pondremos a 20 minutos. Esperamos hasta que esté un poco dorado y lo sacamos. Entonces añadiremos los trozos de pimientos sobre los muslos de pollo, colocamos unos ajos (si queréis), entre los huecos que dejan los muslos, así como también podéis añadir unas rodajas de limón. Echáis el vasito de vino blanco para bañarlo todo, y lo ponéis de nuevo en el horno a 180º C por otros 20 minutos.
Y ya tenéis listo este fantástico y sabroso plato.
