Antes de preparar los pinchos morunos con patatas, tienes que escoger un tipo de carne. Si quieres que estén especialmente jugosos, puedes utilizar pollo o cordero. Pero si lo prefieres, también puedes usar carne de cerdo. Se trata de una cuestión que no tiene más importancia y que queda a tu elección.
Lo que sí tienes que tener claro es cuáles son las especias típicas para hacer los pinchos morunos. Estas especias son las que te hemos indicado en los ingredientes, es decir, jengibre, comino, pimienta negra molida, cúrcuma, pimentón dulce y azafrán.
Si quieres que estén un poco más picantes, puedes mezclar el pimentón dulce con pimentón picante. Pero ten presente que la mezcla ya lleva pimienta negra.
Coge la carne, cortada en tacos, y ponla en un bol amplio. Vierte un chorro generoso de aceite de oliva virgen extra, y añádele una cucharada de cada una de las especias. Puede ser bien una cucharada de postre pero bien colmada, o bien una cucharada sopera rasa.
Remueve bien todos los ingredientes. Lo mejor es que lo hagas con las manos, procurando que la carne se impregne bien de las especias y el aceite. Para que no te resulte incómodo y no te queden manchas, ponte unos guantes finos de látex.
Tapa el bol con papel film transparente, y deja que la carne macere un día entero en la nevera.
Al día siguiente, un poco antes de sacar la carne, pela las patatas y lávalas bien, hasta que no contengan nada de tierra. A continuación córtalas, dándoles la típica forma alargada de las patatas fritas. Añádeles un poco de sal.
Pon a calentar dos sartenes, una con bastante aceite de oliva para freir y otra con apenas unas gotas. En la que tiene más aceite fríe las patatas hasta que estén bien doraditas, y pásalas a una fuente forrada con papel de cocina absorbente.
En la otra haz los pinchitos a la plancha, aprovechando su propio adobo para no tener que utilizar apenas aceite.
Sirve las patatas fritas con los pinchitos morunos para encima. ¡Listos para comer! Ya puedes disfrutar de estos exquisitos pinchos morunos con patatas. Una vez que los pruebes, no vas a querer dejar de prepararlos una y otra vez. ¡Verás qué ricos te han quedado! ¡Muy buen provecho!
