Lo primero será exprimir las naranjas para extraerle todo su jugo. Ya listo, lo vertemos sobre un cuenco.
En ese mismo cuenco vamos a agregar las cucharadas de vinagre balsámico (pudiendo ser cualquier otro que os guste más), la cucharada de mostaza, la miel y la pimienta. Agregad también una pizquita de sal.
Mezclarlo todo bien con una cuchara o unas varillas eléctricas hasta que consigáis una salsa homogénea.
Dejad un poco enfriar en la nevera antes de usarla. Y lo mejor de todo, es que podéis tenerla dentro de la nevera varios días y no se estropeara.