Lo primero que harás será colocar el agua en una olla y ponerla en el fuego para calentarla.
Cuando la temperatura alcance los 37°C (puedes usar un termómetro para medirla), aparta del fuego, incorpora la leche en polvo y mezcla hasta que se integre completamente.
A continuación, agrega el cloruro de sodio, el cuajo y remueve durante unos segundos. Si gustas puedes añadir un poco de azúcar.
Vierte la mezcla en los moldes que vayas a utilizar y déjalos en reposo dentro del horno con la luz encendida durante una hora.
Pasado ese tiempo ya la leche habrá cuajado y podrás refrigerar tu cuajada hasta que sea el momento de comerla.
Sirve tu cuajada de leche combinada con un poco de miel, frutas o algunos frutos secos y verás lo deliciosa que te quedará. Es muy fácil de preparar. ¡Esperamos que te guste!
Si en donde te encuentras se consigue leche en polvo de oveja, te recomendamos que hagas tu cuajada con ella, la textura es mucho más firme ya que contiene más grasa.
El cuajo y el cloruro de sodio los puedes adquirir en las tiendas que vendan productos para hacer quesos. En algunos países como España, el cuajo lo venden en algunas farmacias.