Cuece el centollo en agua con bastante sal, entre 15 y 20 minutos (depende del tamaño).
Una vez el centollo está cocido, enfríalo y después separa el caparazón del resto del cuerpo, retirando aquellas partes que no se pueden comer, como los filamentos con los que respiran y las telillas que hay dentro y alrededor del mismo caparazón.
Reserva toda la carne que hay dentro y el coral. Enjuaga bien la concha y resérvala.
A continuación desmenuza toda la carne que haya conseguido con los dedos, y retira los restos de cáscara que te encuentres. Tritúralo todo bien, hasta formar una pasta homogénea.
Pica muy pequeñitos los langostinos, los mejillones y el huevo, todo cocido ya. Incorpóralos a la mezcla anterior, y remuévelo todo bien para que se repartan estos nuevos ingredientes.
Pasa toda la mezcla a un bol con una cierta amplitud, y riégalo con un poco de vino blanco. Remueve bien, prueba de sabor y vierte más vino si lo consideras necesario.
No debe llevar demasiado vino, ya que en ese caso el relleno no sabrá demasiado a marisco.
Rellena el caparazón con la mezcla que acabas de preparar, y si lo deseas, espolvorea un poco de perejil muy picado por encima. Ya está listo tu centollo relleno de marisco, ¡verás lo riquísimo que te ha salido! ¡Que lo disfrutes!