Ingredientes
- 1 kilo de berenjenas
- 250 ml. de leche
- 200 grs. de harina
- 1 cucharada de levadura en polvo
- Aceite
- Sal al gusto
Preparación de las berenjenas rebozadas sin huevo
- En primer lugar vamos a lavar bien las berenjenas con agua del grifo. Las enjuagamos unas cuantas veces y las ponemos en un recipiente con agua y sal. Dejamos que pase entre media hora y una hora, y las secamos. Si es necesario, utilizaremos papel de cocina absorbente.
- A continuación vamos a cortarlas en rodajas, sin pelarlas. Debemos darle un grosor medio, para que no queden muy gruesas pero tampoco muy finas. De esta forma se harán bien tanto por dentro como por fuera. Medio centímetro aproximadamente está bien.
- Colocamos en un bol la leche y en otro la harina, mezclada con la levadura en polvo. Cogemos las rodajas de berenjenas y las vamos pasando primero por la leche, luego añadimos un poco de sal, y luego las pasamos por la harina. Tenemos que tener cuidado de no añadir la sal primero, porque en ese caso, esta se caerá al pasarlas por la leche.
- En una sartén vamos a poner a calentar a fuego fuerte el aceite. Cuando esté caliente, echamos con cuidado la primera tanda de berenjenas, y bajamos un poco el fuego para que no se quemen.
- Vamos friendo todas las berenjenas hasta que cojan un tono doradito. A medida que las vayamos retirando de la sartén, las iremos colocando en un plato hondo o una fuente con papel absorbente, para retirar el exceso de aceite.
- En último lugar, si te gusta, puedes añadir un poco de miel por encima a las berenjenas antes de servirlas. Puedes utilizar tanto la miel de caña, si prefieres un sabor un poco más amargo, como la de flores, si prefieres un toque dulce.
- ¡Y esto es todo! Como ves, las berenjenas rebozadas son igual de fáciles de preparar cuando se hacen con que cuando se hacen sin huevo. ¡Sírvelas muy calentitas, verás qué crujientes están!