Lo primero que debemos hacer es limpiar bien la berenjena. Para ello, ponla debajo del agua del grifo y enjuágala unas cuantas veces. A continuación, quítale la piel si lo deseas, aunque también hay quien prefiere prepararla con ella.
Ahora que ya está limpia, vamos a cortarla en rodajas. Es importante que cada rodaja tenga un grosor similar a la anterior, de un centímetro aproximadamente. Se trata de que queden jugosas pero bien hechas por dentro, sin llegarse a quemarse por fuera.
Seca una a una las rodajas de berenjenas con papel de cocina absorbente, así perderán el líquido. Ponles un poco de sal por encima y apártalas un momento. Saca la bandeja del horno y ponle papel vegetal encima. Mientras, pon a precalentar el horno a 180ºC.
En un plato hondo vamos a batir muy bien los huevos, mientras que en otro colocaremos la harina. Consiste en ir rebozando una a una las berenjenas, pasándolas primero por el huevo y luego por la harina. Cuando lo hayas hecho, colócalas en la bandeja del horno.
Ponemos a hornear las berenjenas hasta que estén doradas, lo cual puede tardar una media hora aproximadamente. Primero las doraremos por un lado, y cuando veamos que ya tiene color, les daremos la vuelta.
Cuando estén hechas por ambas caras, apagamos el horno y retiramos las berenjenas. Antes de servirlas puedes añadir un poco de miel por encima.
¡Y ya hemos terminado! Preparar estas ricas berenjenas rebozadas al horno es muy sencillo y sano y, además, apenas ensucias la cocina. ¡Todo son ventajas! Esperamos que te haya gustado esta receta.