El primer paso es poner la mantequilla en una cazuela baja o una sartén, cortada en trozos. Caliéntala a fuego bajo, para que se vaya fundiendo sin llegar a quemarse en ningún momento.
Cuando esté completamente derretida la mantequilla, añade la pimienta negra en grano, y deja que se haga durante un par de minutos aproximadamente, a fuego bajo también y removiendo con frecuencia.
A continuación vierte el coñac en la sartén, y sube un poco el fuego para que se evapore el alcohol. Esto puede tardar un par de minutos o tres, nada más.
También puedes flambear el alcohol si lo deseas, pero este es un proceso que debes hacer con mucho cuidado. Para ello tienes que prender fuego al alcohol y dejar que se consuma.
Una vez que el alcohol se haya evaporado, vierte el caldo de carne y la nata para cocinar, y deja que se vaya cocinando todo a fuego medio. Remueve de vez en cuando, para que se mezclen todos los ingredientes y puedas conseguir la textura que deseas.
En caso de que la salsa ya tenga la consistencia que buscabas, pruébala y añádele sal y pimienta negra molida a tu gusto.
Remueve bien para que se integren estos ingredientes, y ya puedes apagar el fuego, apartar y servir esta exquisita salsa a la pimienta negra para acompañar al plato que hayas elegido.
Si has utilizado los ingredientes que te hemos indicado, y has seguido los pasos que te proponemos, te habrá quedado tan rica que ya no vas a querer tomar otra salsa a la pimienta negra que no sea esta. Esperamos que te haya gustado esta receta, ¡muy buen provecho!