Empieza batiendo la mantequilla, a temperatura ambiente, para ponerla a punto de pomada espumosa. Para ello añade el azúcar glass y el azúcar avainillado.
Una vez bien montada la pomada, añade la harina que habrás de tamizar antes para no crear grumos. Poco a poco, mientras vas batiendo, añade también la sal.
Ya integrados los ingredientes, vierte poco a poco la leche. Mézclalo todo bien, y deja reposar entre 10 y 15 minutos.
Pon a calentar la plancha de hacer gofres, y espera a que los pilotos de control de temperatura te avisen de que ya está a la temperatura adecuada.
Una vez alcance dicha temperatura la plancha, remueve la masa de los gofres y echa 2 o 3 cucharadas de la misma. Hazlo rápido para que la masa se dore por todas partes por igual. Cierra la plancha y espera unos minutos.
Con ayuda de una espátula, saca el gofre de la plancha. Ponlo a reposar en una rejilla, que puede ser la del horno por ejemplo. Cuando hayan respirado los gofres, verás que la masa se ha endurecido, volviéndose más consistente.
¡Ya están listos tus gofres sin gluten! Como has podido comprobar, son muy fáciles de hacer, y puedes acompañarlos como más te guste.
Siempre puedes modificar un poco la cantidad de sal o de azúcar, de forma que adaptes el sabor de los gofres al ingrediente que elijas para acompañarlos. Y ahora, ¡no esperes más! Corre a disfrutar de estos exquisitos gofres, ¡muy buen provecho!