Para empezar, echa los 200gr. de azúcar en el vaso de la Thermomix y pulveriza durante 30 segundos con una velocidad progresiva de cinco a diez. Pela el limón y echa su piel en el vaso. Programa el robot durante un minuto, de nuevo con una velocidad progresiva de cinco a diez.
Rompe la cáscara de los tres huevos y échalos enteros junto con el aceite de oliva y el anís en la máquina. Esta vez programa únicamente diez segundos, con una velocidad nivel 6, para que se mezclen todos los ingredientes. Comprueba que la mezcla se ha hecho bien.
Incorpora solo 250gr. de harina, la levadura y una cuchara pequeña de sal. Mantén la velocidad 6 durante diez segundos y, a continuación, agrega el resto de la harina y programa de nuevo durante quince segundos a velocidad 6.
Como resultado, obtendrás una masa blanda la cuál debes poder manejar con las manos. En caso de no ser así, añade 500 gr. más de harina y programa 30 segundos, con el vaso cerrado, a velocidad espiga.
Cuando la masa ya esté lista debes dejarla reposar. Puedes dejarla dentro de la máquina o sacarla y ponerla en una fuente. Si la sacas de la Thermomix, cúbrela con un film transparente. Tiene que estar unas dos horas en un lugar frío o en la nevera.
Transcurridas las dos horas, calienta una sartén con una cantidad abundante de aceite de oliva o de girasol, como prefieras. Cúbrete las manos de harina para que no se te pegue la masa y coge una porción de mezcla del tamaño de una nuez, puedes ayudarte de una cuchara.
Amásala con las manos hasta formar un rollito. A continuación, uno ambos extremos y mete la rosquilla en la sartén.
Ve friendo las rosquillas. Cada una debe estar unos cinco minutos y, según las vayas terminando de hacer, colócalas en una fuente con papel absorbente de cocina, así conseguirás que suelten el exceso de aceite que tienen.
Cuando hayan perdido todo el aceite, quítales el papel y échales azúcar por encima para que estén más dulces.
Ya tienes listas tus rosquillas thermomix. ¡Es la hora del postre!