Lo primero que debes hacer es lavar, secar y rallar la piel del limón. Ponla en un bol y añádele la harina tamizada y el edulcorante. Remueve los tres ingredientes hasta que se mezclen bien.
En otro bol tienes que poner el anís, un chorrito de agua tibia, la levadura tamizada y los huevos. Remuévelo todo bien con ayuda de unas varillas de cocina hasta formar una mezcla homogénea.
Vuelca el contenido de este segundo bol en el primero y remuévelo todo de nuevo otra vez. Saca del bol la mezcla y ponla sobre la encimera o la mesa. Comienza a amasarla con las manos hasta conseguir una masa elástica.
En ese momento debes poner la masa de nuevo en el bol y taparla con un trapo húmedo. Deja que repose durante 45 minutos.
Una vez transcurrido este tiempo, puedes comenzar a coger pequeñas porciones de masa y formar las rosquillas. Cuando hayas terminado toda la masa, deja que reposen otros tres cuartos de hora las rosquillas.
Pasado ese tiempo, ya puedes freír las rosquillas en aceite de girasol abundante y muy caliente. Según las vayas haciendo, pásalas a una fuente forrada con papel de cocina absorbente, para que pierdan el exceso de grasa. Espolvoréales la stevia por encima.
¡Y esto es todo! Una vez que se enfríen, ya puedes comenzar a saborear estas exquisitas rosquillas de anís sin azúcar. ¡Que las disfrutes!