Para garantizar que se cocinen más rápido y queden tiernos, la noche anterior debes poner los frijoles rojos en remojo. Al día siguiente, al levantarte, tira el agua y ponlos en remojo otra vez para asegúrate de que estén listos para el momento de la cocción.
Pon una olla grande al fuego y cubre con bastante agua, hasta más o menos la mitad. Calienta el agua hasta que hierva y luego reduce la potencia del fuego a la mitad. Añade los frijoles, los tres dientes de ajo pelados, dos de las guindillas, una de las hojas de laurel y un poco de sal. Cuece todo junto durante unos 40 minutos.
Mientras tanto, pon una sartén mediana en el fuego y calienta un poco de aceite. Pela la cebolla, lávala con un poco de agua y pícala en trocitos bien pequeños que pones a freír en el aceite durante unos 5 minutos, hasta que esté transparente. Conseguido esto, añade el tomate, removiendo para que se integre bien con la cebolla, y una cucharada de tomillo, otra de orégano y otra de pimienta.
Espera un par de minutos, en los que vas troceando las guindillas que te sobran. Pasados los dos minutos las añades, baja la potencia del fuego al nivel más bajo, tapa y cocina durante unos 10 minutos.
En otra sartén tendrás que freír la carne picada con un poco de aceite de oliva, hasta que hayas conseguido que coja un poco de color. Pero antes, con las manos, amásala un poco salpimentándola a tu gusto, para integrar bien las especias. Reserva una vez estén listas.
Cuando los frijoles se hayan cocinado durante 40 minutos, cuélalos y guarda el caldo de la cocción. Este caldo ponlo a calentar en la misma olla de nuevo con los frijoles pero esta vez sin los dientes de ajo, añadiendo también la carne picada salteada y el sofrito que has preparado con el tomate. Remueve un poco y cuece durante 20 minutos con el fuego a media potencia.
Pela y pica el diente de ajo sobrante para sofreírlo, con muy poquito aceite, en una sartén. Añade el arroz blanco para tostarlo levemente y que coja el sabor del ajo. Conseguido esto, y cuando a la cocción anterior le queden 10 minutos, añádelo y cocina todo junto, para que el arroz coja el sabor de la mezcla.
Otra opción es que cuezas el arroz aparte en una olla pequeña con bastante agua, sin olvidarte después de limpiarlo con agua para que suelte el almidón. Esto es ideal si prefieres servirlo aparte de los frijoles y la carne.
Cuando el arroz esté al punto tu plato estará listo. ¡Disfruta de estos ricos frijoles con arroz y carne!, una plato tradicional que llenará tu mesa de sabor.